La historia está llena de mujeres que han revolucionado el mundo. A pesar de los prejuicios y la devaluación imperantes, estas personalidades superaron las barreras más difíciles y alcanzaron una posición destacada.
Con motivo del Día Internacional de la Mujer, te traemos la historia de cinco mujeres increíbles que han dejado huella en el campo de la botánica y que nos inspiran a diario en Bioma.
Janaki Ammal - La mujer que quería ser recordada por su trabajo
La botánica y citogenetista india Janaki Ammal creía que debería ser recordada por su trabajo. Desde muy joven, sus padres la animaron y apoyaron para que continuara sus estudios, en un país donde la mayoría de las mujeres no pasaban de la escuela primaria.
Decidida a trazar su propio camino, Janaki Ammal renunció al matrimonio (planeado contra su voluntad) y se trasladó a los Estados Unidos de América. Fue una de las pocas mujeres asiáticas que recibió un doctorado honorífico de la Universidad de Michigan.
Al principio de su carrera, sufrió la discriminación de casta y de género por parte de la sociedad patriarcal y extremadamente conservadora de su país, por lo que voló a Londres para continuar su investigación en la Royal Horticultural Society.
Estudió los cromosomas de miles de especies vegetales y creó variaciones híbridas de la caña de azúcar, algo que tendría un fuerte impacto en su país. A nivel profesional, su legado sigue presente, pero seré recordada en el Día Internacional de la Mujer como un símbolo de coraje e irreverencia.
Seomara da Costa Primo - La lucha por la educación y el papel activo de las mujeres
Mucho más que una investigadora, Seomara da Costa Primo fue una ilustradora y autora. Primera mujer en obtener un doctorado en ciencias en Portugal, es recordada por su dedicación a la investigación en el área de las Ciencias Naturales y por su profesionalidad como profesora de secundaria y universitaria.
Durante su vida siempre defendió el papel activo de la mujer en la sociedad y luchó por la educación en un universo mayoritariamente masculino.
Graziela Maciel Barroso - Nunca es tarde para cambiar de vida
La taxonomista brasileña ha dedicado su vida a descubrir, describir e interpretar los distintos tipos de plantas. Tras casarse y tener hijos, decidió dar una nueva oportunidad a sus estudios, incorporándose al Jardín Botánico de Río de Janeiro a los 30 años. Reconocida por su competencia y experiencia, Graziela fue autodidacta e incluso formó a varios alumnos de máster y doctorado, a pesar de no tener título.
A los 47 años se licenció en biología y a los 60 defendió su tesis doctoral. Graziela es la prueba de que ¡nunca es tarde para estudiar y cambiar tu vida!
Rosette Batarda Fernandes - Una mujer que dedicó su vida a la botánica
La botánica portuguesa que se dedicó a reorganizar el herbario de Coimbra es también conocida por su contribución al conocimiento de la flora africana. Junto con su marido, organizó expediciones botánicas en Portugal y en el continente africano.
La naturalista del Museo, Laboratorio y Jardín Botánico de la Universidad de Coimbra publicó alrededor de 250 artículos e incluso tiene dos especies nombradas en su honor (Marsilea batardae y Polypodium batardae), fruto de su profesionalidad y dedicación.
Jeanne Baret - La mujer que se hizo hombre para dar la vuelta al mundo
El lejano siglo XVIII fue el escenario de muchas desigualdades, y la de género no fue una excepción. En esta época, en una tranquila tierra francesa, Jeanne Baret se convirtió en un prodigio en el estudio de las plantas curativas. Tanto es así que, tras la muerte de sus padres, se unió a una expedición como asistente del renombrado naturalista y botánico Philibert Commerson, ¡y dio la vuelta al mundo! ¿Cómo lo hizo? ¡Disfrazándose de hombre!
A su regreso a París, traería consigo más de 6000 especies de plantas identificadas, un logro tan grande que el propio rey Luis XVI decidió recompensar a la erudita con una pensión vitalicia. A su regreso, se vio obligada a resignarse al papel socialmente aceptado de mujer y acabó cayendo en el olvido.
Años más tarde, a través de los testimonios escritos de su mentor Philibert Commerson, recibió el reconocimiento que merecía como mujer de coraje y determinación.
Estos sencillos pero grandes logros, en su época, fueron revolucionarios. De la misma manera que todos los "simples pasos" que demos hoy hacia la emancipación de la mujer serán históricos en el futuro.