La Aegagropila linnaei es en realidad un alga originaria de lagos y ríos de agua dulce, principalmente en Japón, aunque también se encuentra en algunos países nórdicos. La zona del lago Akan, situada en la región de Hokkaido, se considera un hábitat sagrado para los marimos, donde prosperan y se multiplican.

La formación de los marimos es un proceso gradual, que tarda años en desarrollar completamente una pequeña bola de algas. Los lagos y ríos donde se encuentran los marimos se caracterizan por aguas claras y ricas en nutrientes. Los filamentos de algas empiezan a agruparse y forman pequeñas bolas verdes que acaban convirtiéndose en los adorables marimos.

Cuenta la leyenda que la hija de un jefe tribal, enamorada de un plebeyo, huyó con su amor, huida que acabó con la muerte de ambos en el lago Akan, y se dice que sus corazones se convirtieron en bolas de marimo. Por eso esta alga se conoce también como la Planta del Amor y se utiliza como signo de amor, afecto y buena suerte.

Además de ser excelentes elementos decorativos, los marimos se asocian a beneficios terapéuticos: su forma redonda y su movimiento suave y relajante ayudan a reducir el estrés y la ansiedad, promoviendo una sensación de calma y paz. ¡El compañero ideal para tu dormitorio, salón u oficina!

Cuidado

El marimo es ideal para personas con poca experiencia o miedo a cuidar plantas, ya que basta con colocarlas en un lugar con luz indirecta (lejos de la luz solar directa) y cambiarles el agua cada 2 semanas para mantenerlas sanas y vibrantes. De vez en cuando, es aconsejable hacer rodar suavemente el marimo entre las palmas de las manos para mantener la forma redondeada y ayudar a eliminar los restos. En condiciones ideales, un marimo puede alcanzar los .... ¡100 años!