Puede haber varias razones por las que es necesario trasplantar su planta. Cada planta tiene unas necesidades muy concretas, pero, en general, todas dan señales de lo que necesitan y el trasplante no es una excepción.
Cuando trasplantar una planta
Por ejemplo, cuando ves que tu planta es demasiado grande para la maceta en la que se encuentra, es señal de que hay que pasarla a una maceta más grande y, antes de que empiece a dar otras señales, debes cambiarla. Lo mismo ocurre cuando las raíces comienzan a emerger por los orificios de drenaje de la maceta de producción. Esto indica que la planta está necesitando más espacio para crecer y que por lo tanto debes trasladarla a una maceta donde pueda crecer con más espacio.
Otra señal que no debes ignorar es la calidad del suelo, del terreno. Cuando notas que el suelo donde tienes tu planta se está volviendo muy compacto y seco, o cuando notas que el agua no penetra en el suelo y corre por los lados, es señal de que tu planta necesita ser trasplantada y que la suelo donde ya no está Tiene calidad y no te está dando lo que necesitas. Debes prestar atención a tu planta y observarla con atención para no perder ninguna señal.
Cómo preparar la planta y la maceta para el trasplante
En el momento del trasplante hay cosas importantes que debes saber. El tamaño de la maceta, la calidad de la tierra, el drenaje o la preparación de la planta antes del trasplante son pasos importantes que no debes dejar atrás. La nueva maceta debe ser entre 5 y 7 centímetros más grande que la maceta donde tenías la planta, de esta manera te asegurarás de tener suficiente espacio para que tu planta crezca sana.
Los agujeros de drenaje también juegan un papel muy importante ya que son los encargados de drenar el exceso de agua que pueda tener tu planta. Si la maceta no tiene orificios de drenaje, deberás utilizar otros materiales que aseguren que la tierra no se encharque, como la arcilla expandida, por ejemplo.
El suelo es uno de los elementos fundamentales para la salud vegetal y existen suelos con nutrientes específicos para determinado tipo de plantas, por eso a la hora de cambiar tu planta en maceta, asegúrate de elegir el sustrato más adecuado para ella.
Por último, también es muy importante preparar la planta para el proceso de trasplante. Este proceso siempre provoca algo de estrés en las plantas, por lo que una buena hidratación en los días previos al trasplante conseguirá que tu planta resista este proceso con menos complicaciones.
Cómo trasplantar la planta
El proceso de trasplante es, de hecho, la parte más sencilla y que menos cuidados requiere, sin embargo, hay algunos consejos que debes seguir para que este momento no sea estresante para tu planta.
El primer paso es sacar la planta de la maceta en la que se encuentra. Aquí debes tener cuidado de no dañar las raíces. Luego, en la nueva maceta, deberás cubrir el fondo con una pequeña cantidad del sustrato adecuado a tu planta.
En el siguiente paso deberás colocar la planta en la nueva maceta y cubrirla con más sustrato para que la maceta quede bien llena y la planta quede bien acomodada. Luego, para asegurar la planta y que no se mueva, debes presionar firmemente la tierra alrededor de la planta. De esta manera se asegurará de que su planta esté segura y bien protegida.
Para concluir, debes regar tu planta después de todo el proceso y listo.
Cuidados después del trasplante
Después del trasplante, aún quedan algunas precauciones que debes tomar para que tu planta pase todo el proceso con calma y sin estrés, para que luego pueda crecer sana y vibrante. El lugar donde coloques tu planta después del trasplante es muy importante. En los días siguientes, la planta no debe exponerse directamente a la luz solar, por lo que se debe elegir un lugar adecuado y alejado de la luz solar directa.
El riego sigue siendo fundamental, sin embargo, hay que tener cuidado de no regar demasiado la tierra.
Respecto a la fertilización, a pesar de ser muy importante para la salud y longevidad de las plantas, se debe evitar realizarla durante al menos quince días posteriores al trasplante.
Por último, no se puede decir lo suficiente que la observación es uno de los pasos fundamentales para mantener tus plantas sanas. Todas las plantas dan señales cuando no les va bien, por el motivo que sea, y depende de ti observarlas periódicamente y con atención para asegurarte de que les va bien y, en este caso, de que se están adaptando bien al nuevo entorno.
Sencillo, ¿verdad? ¡Ahora elige tus macetas favoritas, los mejores sustratos y trabaja duro!