El otoño marca el final de la estación cálida, el final de la temporada de crecimiento activo para las plantas, y si los cambios de tiempo pueden afectarte, imagina lo que pueden hacer a tus plantas de interior. Hacer pequeños ajustes en la forma de cuidar tus plantas es fundamental si quieres que sientan el cambio de estación de forma progresiva y evitar que sufran daños graves.
1. Reduce la frecuencia de riego
Las plantas crecen menos en los meses más fríos y algunas pueden incluso "dormirse". La evaporación también es más lenta en esta época del año, por lo que necesitan menos agua. Lo ideal es comprobar siempre que la tierra está completamente seca antes de regar y no dejar nunca la planta empapada.
2. Traslada tus plantas a lugares más luminosos
En otoño, los días empiezan a acortarse y oscurece antes. El ángulo de incidencia de la luz solar cambia, pero las plantas siguen necesitando luz. Aunque su crecimiento se ralentiza, es importante que estén en un entorno con algunas horas de luz natural al día. Si las plantas están en un lugar con poca luz natural, te aconsejamos que las traslades a un lugar más luminoso.
Otro consejo es eliminar las ramas secas, las hojas muertas y las flores. Esto hace que la planta esté más sana y permite que entre más luz en las hojas inferiores.
3. Trae al interior las plantas más sensibles
Algunas plantas de interior se adaptan perfectamente al exterior durante el verano. Sin embargo, es hora de volver a meterlas dentro. Las bajas temperaturas pueden quemar las hojas y el exceso de agua pudrir las raíces. Es importante hacerlo inmediatamente para evitar que las plantas soporten temperaturas inferiores a 10º C. Igualmente importante es comprobar si hay plagas que hayan podido atacar a la planta mientras estaba en el exterior.
4. Cuidado con los insectos
El otoño es época de cría para muchos insectos. Por eso te aconsejamos que estés atento a las plagas. Si se identifican y se tratan rápidamente, no causarán daños importantes a las plantas. Si no se identifican y eliminan, pueden causar daños irreversibles a tus plantas.
5. Mantén las plantas alejadas de corrientes de aire y fuentes de calor
A las plantas de interior no les gustan los cambios bruscos de temperatura. Por eso te aconsejamos que no las tengas cerca de reguladores de temperatura como calefactores, aires acondicionados o chimeneas, pero tampoco en zonas demasiado calientes o frías.
6. Reduce la frecuencia de uso de fertilizantes
En los meses más fríos, las plantas crecen a un ritmo más lento. Es decir, reducen sus necesidades nutricionales. En estos meses es aconsejable reducir el uso de abonos y no volver a aumentar la frecuencia hasta el comienzo de la primavera, cuando las plantas están en crecimiento activo.
7. Voltea suavemente el sustrato
La reducción de la luz natural y el aumento de los niveles de humedad ambiental crean las condiciones perfectas para que los hongos crezcan en la superficie de las plantas de interior. Algunos pueden ser incluso beneficiosos para las plantas, pero otros pueden provocar la pudrición de las raíces. Si volteas el sustrato, evitarás la aparición de hongos y la pudrición de las raíces.
artigo anterior 